Época:
Inicio: Año 1925
Fin: Año 1935

Antecedente:
La aportación española

(C) Lucía García de Carpi



Comentario

El desarrollo del Surrealismo en Zaragoza, al igual que acontece en el resto de los núcleos reseñados, se halla estrechamente ligado a las publicaciones de vanguardia, en este caso concreto a "Noreste" (1932-1935) y a la actuación de un personaje, el escritor Tomás Seral y Casas (1909-1975), incansable promotor de empresas culturales Seral, autor de libros de poemas, crítico de "La Voz de Aragón", desde cuyas páginas defendió los postulados surrealistas fundador de la librería Libros y de un cineclub en Zaragoza fue también el impulsor, junto con Antonio Cano e Ildefondo-Manuel Gil, de la revista "Noreste", que aglutinó en torno a su redacción a poetas y pintores.
"Noreste", de cariz eminentemente literario, estaba abundantemente ilustrada con reproducciones de obras de Maruja Mallo, José Caballero, Lekuona, Climent y Angeles Santos, entre otros, habiéndose dado a conocer en sus páginas artistas locales identificados con el surrealismo, como Alfonso Buñuel, González Bernal, Comps y Ciria.

La marcha de J. J. L. González Bernal (1908-1939) a París en 1932, tras el rechazo suscitado por sus dos exposiciones celebradas en 1930 y 1931, privó al surrealismo aragonés de una figura de extraordinario interés. La guerra civil con posterioridad cercenaría el afianzamiento del movimiento que contaba en la ciudad del Ebro, si no con muchos, sí con cualificados representantes. En efecto, González Bernal, pese a su prematura muerte ocurrida en Francia, dejó una producción de una intensidad y originalidad pocas veces igualadas. De ella cabe destacar una serie de dibujos con figuras y, sobre todo, sus espléndidos óleos pintados en torno a 1935, caracterizados por sus dilatados espacios y enigmáticos personajes.

Por su parte, Alfonso Buñuel (1915-1961), hermano del cineasta, con el que compartió el interés por el espiritismo y las prácticas hipnóticas, es quien mejor asimiló en España el fundamento del collage surrealista. En la línea iniciada por Max Ernst, la manipulación de la imagen mediante la aplicación de fragmentos pegados provoca en las obras de Buñuel efectos distorsionadores de la realidad verdaderamente deslumbrantes. Con respecto a los otros dos personajes citados el Surrealismo tuvo un desarrollo más limitado. En el caso de Javier Ciria (1904-1990) sólo repercutió tangencialmente en su producción de los años treinta, y en el de Federico Comps (1915-1936), su muerte, a comienzos de la guerra civil, truncó una trayectoria apenas iniciada.